“El muerto al pozo y el vivo al gozo” Y a gozar el 1 y 2 de noviembre con la celebración del Día de los Muertos, esta es una mezcla cultural muy arraigada en el país y tal es la riqueza de esta manifestación de la cultura mexicana, que la UNESCO la inscribió en su lista del patrimonio cultural inmaterial de la humanidad en 2008.

Al fin que para morir nacimos” En esta celebración la muerte no representa ausencia; representa una presencia viva, la muerte es un símbolo de vida que se materializa en el altar ofrecido, se considera un ritual que privilegia el recuerdo sobre el olvido.  El 1ero de Noviembre  corresponde a Todos los Santos, día dedicado a los muertos chiquitos o niños y el día 2 de noviembre a los Fieles Difuntos, es decir a los adultos.

 “Al vivo todo le falta y al muerto todo le sobra”  Cada año al llegar estas fechas muchas familias colocan ofrendas y altares decorados. Los elementos indispensables que verás en las ofrendas y sus significados: 

  • Agua: Reflejo de la pureza. Ayuda a saciar la sed del alma que viene de un largo camino y fortaleza su regreso
  • Veladoras y cirios: Su flama es la esperanza, la luz y la fe que guía en este y el otro mundo.
  • Copal e incienso: Aroma que limpia y purifica el ambiente, además ahuyenta los malos espíritus.
  • Cempasúchil: hermosa flor color amarillo que por su olor y color dirige las almas a su hogar.
  • Alhelí y nube: Flores de colores que complementan con la flor amarilla. Por su pureza y ternura acompañan el alma de los niños.
  • Arco: se adorna con la flor de cempasúchil y fruta, representa la entrada hacia el inframundo.
  • Cruz: Elemento introducido durante la evangelización, se coloca en la parte superior del altar; a veces está formada por ceniza, sal o pétalos de cempasúchil. 
  • Pan: no puede faltar representa la fraternidad.
  • Petate: sirve para el descanso de las ánimas. 
  • Fotografía del difunto: Honra la persona que fue en vida.
  • Comida: Para que los espíritus se alimentan con los aromas de los platillos que fueron los favoritos del difunto.
  • Calaveritas de azúcar: aluden a la muerte, siempre presente
  • Itzcuintli: figura de un perro compañero de las almas que ayuda a cruzar el caudaloso río Chiconauhuapan, último paso para llegar a Mictlán (el inframundo de la mitología mexicana).
  • Sal: Purifica y ayuda al cuerpo a no corromperse en su traslado. 
  • Papel picado: Formas y colores de gran diversidad y es un gran representante en las celebraciones mexicanas. Da colorido y adorna el altar.

No estaba muerto, andaba de parranda” En esta colorida y hermosa celebración los vivos y los muertos se encuentran; las ánimas regresan a regocijarse con los platillos, frutas y bebidas, también a contemplar las flores de cempasúchil ofrecidas.

De muertos y tragones están llenos los panteones”  La tradición también incluye muchas veces adornar las tumbas con flores y hacer altares sobre las lápidas; en la antigüedad colocaban un camino de flores de cempasúchil y velas desde la casa de las familias hasta el panteón, se pensaba que ayudaba a conducir las ánimas a transitar por buen camino tras la muerte.

“Ya colgó los tenis, ya estiró la pata, ya se petateo, ya se lo llevó la flaca”  No se muera sin antes vivir esta maravilla Mexicana.